11. El sacerdote ofrecerá uno en sacrificio por el pecado y el otro en holocausto; así expiará por aquel hombre la impureza contraída a causa del muerto. Consagrará de nuevo su cabeza el mismo día:





O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina