Job, 21
19. No basta que Dios lo castigue en sus hijos. ¡Que lo castigue en su propia persona, para que aprenda!
19. No basta que Dios lo castigue en sus hijos. ¡Que lo castigue en su propia persona, para que aprenda!
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina