Carta a los Gálatas, 5
5. A nosotros, en cambio, el Espíritu nos da la convicción de que por la fe seremos tales como Dios nos quiere.
5. A nosotros, en cambio, el Espíritu nos da la convicción de que por la fe seremos tales como Dios nos quiere.
El Capítulo 5 de Gálatas aborda la cuestión de la libertad cristiana y cómo debe ejercerse a través del amor y la práctica de los frutos del Espíritu. Los versos a continuación fueron seleccionados para abordar temas relacionados con este problema:
Romanos 14:1 "Bienvenido lo que es débil en la fe, pero no para discutir opiniones". El apóstol Pablo insta a los cristianos a ser tolerantes y pacientes con los hermanos más débiles en la fe sin involucrarse en discusiones innecesarias que pueden generar divisiones en la iglesia.
1 Corintios 8:9 "Pero vea que esta libertad no se topará con los débiles". Pablo nuevamente enfatiza la importancia de tener cuidado con la libertad cristiana, por lo que no es motivo de escándalo o tropiezo para aquellos que todavía están en una etapa más débil en la fe.
Efesios 5:9 "Porque el fruto de la luz consiste en toda amabilidad, justicia y verdad", aquí, Pablo se refiere al fruto de la luz, que debe ser practicado por los cristianos. Este fruto incluye bondad, justicia y verdad, entre otras características que se relacionan directamente con los frutos del Espíritu mencionado en Gálatas 5.
1 Juan 4:7 "Amado, nos amamos, porque el amor procede de Dios; y todos los que aman nacen de Dios y conocen a Dios". Juan enfatiza la importancia del amor entre los hermanos en Cristo, que es un reflejo del amor que Dios tiene para nosotros. Este amor es lo que debería motivar las acciones de los cristianos hacia los demás.
Santiago 2:17 "Por lo tanto, la fe, si no tiene obras, está muerta por sí misma". James destaca la importancia de tener una fe activa que se manifiesta a través de obras concretas. Esta es una forma práctica de ejercer la libertad cristiana a través del amor del prójimo y la práctica de los frutos del Espíritu.
“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina
