16. Fue en aquel entonces cuando Ezequías mandó arrancar de las puertas de la Casa de Yavé las planchas de oro con que él mismo las había revestido, y las entregó al rey de Asur.





“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina