1º Carta de Juan, 2
23. Pues el que niega al Hijo, ya no tiene al Padre; y el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.
23. Pues el que niega al Hijo, ya no tiene al Padre; y el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.
Capítulo 2 de 1 San Juan habla sobre la importancia de obedecer los mandamientos de Dios y seguir el ejemplo de Jesús. Además, el autor advierte sobre la presencia de falsos maestros y enseña sobre el amor fraternal entre los hermanos en la fe. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:
Proverbios 19:16: "El que mantiene el mandamiento mantiene su alma; pero lo que desprecia sus caminos morirá". Este versículo enfatiza la importancia de obedecer los mandamientos de Dios, que traen vida y protección a quienes los siguen.
Juan 15:10: "Si mantienes mis mandamientos, permanecerás en mi amor; tal como he mantenido los mandamientos de mi padre y permanecen en su amor". Jesús es el ejemplo máximo de obediencia a los mandamientos de Dios, y al seguirlo, también permanecemos en el amor de Dios.
Mateo 7:15: "Tenga cuidado con los falsos profetas, que se les presentan disfrazados en ovejas, pero en el interior son lobos robados". Al igual que 1 San Juan 2 advierte sobre la presencia de falsos maestros, este verso de Matthew advierte sobre la necesidad de discernir las enseñanzas de quienes se presentan como un líder religioso.
Romanos 13:8: "No deberías ser para nadie más que el amor con el que se aman; La práctica del amor fraternal es uno de los principales mensajes de 1 San Juan 2, y este versículo de romanos enfatiza que amar a su prójimo es cumplir la ley de Dios.
Efesios 2:10: "Porque somos su propia creación, creada en Cristo Jesús por buenas obras, que Dios se preparó de antemano para que caminemos en ellas". Así como 1 San Juan 2 destaca la importancia de seguir el ejemplo de Jesús, este versículo de efesios enseña que fuimos creados en Cristo para realizar buenas obras que fueron preparadas por Dios para nosotros.
A firmeza de todo o edifício depende da fundação e do teto! São Padre Pio de Pietrelcina