15. Pero el delito de Adán no puede compararse con el don de Dios. Si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón el don de Dios, ofrecido generosamente por un solo hombre, Jesucristo, se concede más abundantemente a todos.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina