43. Aquel día se ofrecieron muchos sacrificios entre la alegría general, pues Dios les había dado un motivo de gran alegría. También las mujeres y los niños se regocijaron, de modo que la alegría de Jerusalén se oía desde lejos.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina