Katolinen Raamattu
 

Marcos, 14

14. y, donde entre, decid al dueño: El maestro dice: ¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer con mis discípulos la cena de la pascua?

Aiheeseen liittyvät säkeet Marcos, 14:

Saint Mark 14 cuenta los eventos que preceden a la crucifixión de Jesús, incluida la conspiración de los líderes religiosos para matarlo, la unción en Betania, la última cena de Jesús con sus discípulos y su arresto en Gethsemane. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:

Salmo 41:9 - "Incluso mi mejor amigo, en quien confiaba y que compartía mi pan, levantó el talón contra mí". Este versículo es citado por Jesús en la última cena, cuando predice la traición de Judas. Isaías 53:3 - "Fue despreciado y el más rechazado entre los hombres, un hombre de dolor y experimentado en el sufrimiento; y, como uno de los cuales se escondió la cara, fue despreciado, y no lo hicimos en absoluto". Este versículo a menudo se cita en relación con la crucifixión de Jesús y su sufrimiento como el siervo que sufrió. Salmo 27:12 - "No me des la voluntad de mis oponentes, ya que los testigos falsos han aumentado contra mí, y aquellos que respiran crueldad me planean". Este versículo puede aplicarse a la conspiración de los líderes religiosos contra Jesús y su prisión. Isaías 53:5 - "Pero fue perforado debido a nuestras transgresiones, fue aplastado por nuestras iniquidades; el castigo que nos trajo la paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos sanados". Este versículo es otro que a menudo se asocia con la crucifixión de Jesús y por qué se rindió a muerte. Salmo 22:16 - "Me perforaron las manos y mis pies". Este versículo es otra profecía del Antiguo Testamento sobre la crucifixión de Jesús, que fue perforada en las manos y los pies por los puntos negros.





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina