11. En cambio, podrá comerlas el siervo comprado con dinero por el sacerdote, exactamente como el que ha nacido en casa, pues los dos comen su propio alimento.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina