25. El rey Antíoco acampó frente a Dora, en el suburbio, avanzando siempre con sus fuerzas, sirviéndose de las máquinas. Estrechó el cerco tanto, que nadie podía ni entrar ni salir.





“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina