45. Los habitantes, con sus mujeres y sus hijos, subieron a las murallas, se rasgaron las vestiduras y pidieron a Simón la paz a grandes gritos, clamando:





“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina