36. Él fue quien los sacó, obrando prodigios y milagros en Egipto, en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina