Génesis, 38
2. Allí vio a la hija de un cananeo llamado Súa, la tomó por mujer y vivió con ella.
2. Allí vio a la hija de un cananeo llamado Súa, la tomó por mujer y vivió con ella.
Genesis 38 es un capítulo que cuenta la historia de Judá, hijo de Jacob, y su relación con Tamar, la esposa de su hijo. El capítulo aborda temas como la traición, la prostitución y la justicia. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:
Deuteronomio 22:22 - "Si estás atrapado en el acto, el hombre que está con una mujer casada con otro hombre, ambos deberían morir, el hombre que yacía con su esposa y mujer también. Entonces eliminarás el mal de Israel. " El adulterio es un tema recurrente en Génesis 38 y se considera un pecado grave en la ley de Moisés.
Proverbios 6:32 - "El que comete adulterio no tiene juicio, quien procede a sí mismo destruye a sí mismo". Este versículo destaca las graves consecuencias de la práctica del adulterio, que incluyen no solo castigos legales sino también la destrucción personal.
James 4:4 - "Adúlteros, ¿no sabes que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? ¿Quién quiere ser un amigo del mundo es un enemigo de Dios". James refuerza la gravedad del pecado adulterio y enfatiza que aquellos que se involucran en prácticas inmorales se están alejando de Dios.
Ezequiel 18:20 - "El Hijo no pagará por los pecados del Padre, y el Padre no pagará los pecados del Hijo. Se le acreditará la justicia justa, y la maldad de los malvados será acusado de a él." Este versículo destaca la importancia de la justicia y la responsabilidad individual de los pecados cometidos, que es un tema importante en Génesis 38.
1 Corintios 6:18 - "Escapan de inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que alguien comete está fuera del cuerpo; pero aquellos que pecan sexualmente contra su propio cuerpo". Paul advierte contra la inmoralidad sexual y enfatiza que, además de las consecuencias legales y espirituales, esta práctica puede tener efectos negativos en la salud física y mental de la persona.
“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina
