7. El Faraón mandó a ver, y del ganado de los israelitas no había muerto ni uno solo. Pero el corazón del Faraón siguió endurecido y no dejó salir al pueblo.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina