22. Los cálices y los brazos hacían un solo cuerpo con el candelabro, y todo el conjunto era de oro puro forjado.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina