Eclesiastés, 2
10. No negué a mis ojos nada de cuanto deseaban, ni privé a mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó en todo mi trabajo.
10. No negué a mis ojos nada de cuanto deseaban, ni privé a mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó en todo mi trabajo.
“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina