Números, 23

La Biblia de Jerusalén

1 Dijo Balaam a Balaq: «Constrúyeme aquí siete altares y prepárame siete novillos y siete carneros.»

2 Balaq hizo lo que le había dicho Balaam, y ofreció en holocausto un novillo y un carnero en cada altar.

3 Dijo entonces Balaam a Balaq: «Quédate junto a tus holocaustos, mientras yo voy a ver si me sale al encuentro Yahveh. La palabra que me manifieste, te la communicaré.» Y se fue a un monte pelado.

4 Salió Dios al encuentro de Balaam y éste le dijo: «Siete altares he preparado y he ofrecido en holocausto un novillo y un carnero sobre cada altar.»

5 Yahveh entonces puso una palabra en la boca de Balaam y le dijo: «Vuelve donde Balaq y esto le dirás.»

6 Volvió donde él y estaba aún de pie junto a su holocausto, con todos los príncipes de Moab.

7 El entonó su trova y dijo: «De Aram me hace venir Balaq, el rey de Moab desde los montes de Quédem: "Ven, maldíceme a Jacob; ven, execra a Israel."

8 ¿Cómo maldeciré, si no maldice Dios? ¿Cómo execraré, si no execra Yahveh?

9 De la cumbre de las peñas lo diviso, de lo alto de las colinas lo contemplo: es un pueblo que vive aparte; no es contado entre las naciones.

10 ¿Quién contará el polvo de Jacob, quién numerará la polvareda de Israel? Muera mi alma con la muerte de los justos, Sea mi paradero como el suyo.»

11 Dijo Balaq a Balaam: «¿Qué me has hecho? ¡Para maldecir a mis enemigos te he traído y los has colmado de bendiciones!»

12 Le respondió diciendo: «¿No tengo yo que esmerarme en hablar todo lo que Yahveh me pone en la boca?»

13 Le respondió Balaq: «Ven, pues, a otro sitio conmigo porque lo que ves desde aquí no es más que un extremo, no lo ves entero. Maldícemelo desde allí.»

14 Y le llevó al Campo de los Centinelas, hacia la cumbre del Pisgá. Construyó siete altares y ofreció en holocausto un novillo y un carnero en cada altar.

15 Balaam dijo a Balaq: «Quédate aquí junto a tus holocaustos, mientras yo salgo al encuentro.»

16 Salió Yahveh al encuentro de Balaam, puso una palabra en su boca y le dijo: «Vuelve donde Balaq y esto le dirás.»

17 Volvió donde él y lo encontró aún de pie junto a sus holocaustos, con los príncipes de Moab. Le dijo Balaq: «¿Qué ha dicho Yahveh?»

18 El entonó su trova diciendo: «Levántate, Balaq, y escucha, prestame oídos, hijo de Sippor.

19 No es Dios un hombre, para mentir, ni hijo de hombre, para volverse atrás. ¿Es que él dice y no hace, habla y no lo mantiene?

20 He aquí que me ha tocado bendecir; bendeciré y no me retractaré.

21 No he divisado maldad en Jacob, ni he descubierto infortunio en Israel. Yahveh su Dios está con él, y en él se oye proclamar a un rey.

22 Dios le hace salir de Egipto, como cuernos de búfalo es para él.

23 No hay presagio contra Jacob, ni sortilegio contra Israel. Según se le está diciendo a Jacob y a Israel: «¿Qué hace tu Dios?»,

24 he aquí que un pueblo se levanta como leona, se yergue como león: no se acostará hasta devorar la presa y beber la sangre de sus víctimas.»

25 Balaq dijo a Balaam: «Ya que no le maldices, por lo menos no le bendigas.»

26 Respondió Balaam y dijo a Balaq: «¿No te he dicho que hago todo lo que me dice Yahveh?»

27 Dijo Balaq a Balaam: «Ven, por favor, que te lleve a otro sitio, a ver si le place a Dios que me lo maldigas desde allí.»

28 LLevó Balaq a Balaam a la cumbre del Peor, que domina la parte del desierto.

29 Dijo Balaam a Balaq: «Constrúyeme aquí siete altares y prepárame aquí siete novillos y siete carneros.»

30 Balaq hizo lo que le había dicho Balaam, y ofreció en holocausto un novillo y un carnero en cada altar.




Versículos relacionados com Números, 23:

El Capítulo 23 del Libro de los Números trata del intento del rey Moabita, Balaque, de maldecir a los israelitas a través del Profeta Balaam, que Dios había impedido hacer esto. Los siguientes versos se eligen en función de la proximidad de los temas del capítulo y están relacionados con la bendición y protección de Dios sobre su pueblo:

Salmo 3:8: "Salva, Señor; porque tus fieles son falta; porque los hombres de los hombres que permanecen firmes carecen". El salmista pide a Dios para la salvación y la protección en medio de la escasez de fieles. Así como los israelitas fueron bendecidos por Dios y protegidos de la maldición de Balaam, los fieles en Cristo también están protegidos por Dios en medio de la adversidad.

Salmo 5:11: "Pero todos los que confían en ti son regocijados, exultados eternamente, porque los defienden; y en ti aquellos que aman tu nombre en ti". Este versículo muestra que aquellos que confían en Dios pueden regocijarse y regocijarse, porque él los defiende. Así como Dios defendió a los israelitas de la maldición de Balaam, también defiende y protege a quienes confían en él.

Salmo 16:1: "Mantenme, oh Dios, porque en ti me refugia". El salmista coloca su confianza en Dios como su fuente de refugio y protección. Del mismo modo, los israelitas fueron bendecidos por Dios y protegidos de la maldición de Balaam por confiar en él.

Isaías 54:17: "Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y cada lenguaje que se eleva en su contra en el juicio, lo condenarás; esta es la herencia de los siervos del Señor y su justicia que viene de mí, dice el Señor. " Este versículo establece que Dios protege a sus siervos de cada arma y lengua que se eleva contra ellos. Así como Dios protegió a los israelitas de la maldición de Balaam, también protege a sus siervos de todos los ataques del enemigo.

Jeremías 17:7: "Bendito es el hombre que confía en el Señor y cuya esperanza es el Señor". Este versículo muestra que la bendición de Dios es sobre aquellos que confían en él y lo esperan. Del mismo modo, los israelitas fueron bendecidos por Dios y protegidos de la maldición de Balaam por confiar en él.


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