Marcos, 5

La Biblia de Jerusalén

1 Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos.

2 Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo

3 que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas,

4 pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle.

5 Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras.

6 Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él

7 y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.»

8 Es que él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.»

9 Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?» Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos.»

10 Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región.

11 Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte;

12 y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.»

13 Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2.0000 se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar.

14 Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido.

15 Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor.

16 Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos.

17 Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.

18 Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con él.

19 Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.»

20 El se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.

21 Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar.

22 Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies,

23 y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.»

24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.

25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años,

26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor,

27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.

28 Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.»

29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.

30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?»

31 Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"»

32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho.

33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad.

34 El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.»

35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos dicendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?»

36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe.»

37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.

38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.

39 Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.»

40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña.

41 Y tomando la mano de la niña, le dice: « Talitá kum », que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate.»

42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor.

43 Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.




Versículos relacionados com Marcos, 5:

En Mark 5, Jesús realiza varios milagros impresionantes, incluida la curación de un hombre poseído por los demonios, la curación de una mujer con sangrado y la resurrección de la hija de un líder de la sinagoga. Los temas centrales de este capítulo incluyen la autoridad de Jesús sobre las fuerzas espirituales malvadas, la fe y la curación. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:

Lucas 10:19: "He aquí, te he dado autoridad para pisar serpientes y escorpiones y sobre todo el poder del enemigo; y nada te hará daño". Este versículo habla sobre la autoridad que Jesús dio a sus seguidores de las fuerzas espirituales malvadas, reforzando la autoridad demostrada por Jesús en Marcos 5.

Santiago 5:14-15: "¿Alguien de ustedes está enfermo? Llama a los ancianos de la iglesia, y reza sobre él, ungirlo con aceite de oliva en nombre del Señor; y la oración de fe salvará a los enfermos, y el enfermo Señor lo criará; y si has cometido pecados, serás perdonado ". Este versículo habla sobre la curación a través de la oración de la fe, un tema importante en Marcos 5.

Juan 5:8-9: "Jesús le dijo, levantarse, tomar tu cama y caminar. Y luego el hombre se quedó, y tomó su cama y caminó". Este versículo describe la curación instantánea de Jesús, similar a la curación milagrosa que realiza en Marcos 5.

Isaías 53:5: "Pero fue herido por nuestras transgresiones y terreno por nuestras iniquidades; el castigo que nos trae la paz fue sobre él, y por sus pasos fuimos sanados". Este versículo profético habla sobre la curación que Jesús traería a través de su sacrificio en la cruz, una cura que se ve a pequeña escala en Mark 5.

Efesios 2:8-9: "Porque por gracia eres salvado, a través de la fe; y esto no viene de ti, es el don de Dios; no viene de las obras, para que nadie pueda gloronar". Este versículo habla sobre la importancia de la fe en la salvación, un tema que está presente en Mark 5 y se demuestra en la fe de la mujer con sangrado y el líder de la sinagoga que le pide a Jesús que sane a su hija.


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