Levítico, 23
31. No haréis, pues, trabajo alguno. Es decreto perpetuo, de generación en generación, dondequiera que habitéis.
31. No haréis, pues, trabajo alguno. Es decreto perpetuo, de generación en generación, dondequiera que habitéis.
“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina