24. Tenía la mujer en casa un ternero cebado y se apresuró a degollarlo. Tomó harina, la amasó y coció unos ázimos.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina