Salmos, 53
2. El necio se dice a sí mismo: "No hay Dios". Todos están pervertidos, hacen cosas abominables, nadie practica el bien.
2. El necio se dice a sí mismo: "No hay Dios". Todos están pervertidos, hacen cosas abominables, nadie practica el bien.
El Salmo 53 habla sobre la necedad y la corrupción de los malvados, que rechazan a Dios y viven de acuerdo con sus propios deseos egoístas. El salmista pide justicia y salvación, confiando en que Dios, como el Liberador de Israel, derrotará a sus enemigos. A continuación hay cinco versículos relacionados con los temas abordados en este salmo:
Salmo 14:1 - "Dice el tonto en su corazón, 'Dios no existe.' Se corrompieron y han cometido actos odiosos; no hay nadie que haga el bien". Este verso es similar al primer verso del Salmo 53, que comienza con "el tonto dice en su corazón: 'Dios no existe". Ambos salmos enfatizan la tontería de los malvados y su corrupción moral.
Isaías 53:3 - "Fue despreciado y rechazado por los hombres, un hombre de tristeza y familiarizado con el sufrimiento. Como alguien de quien los hombres esconden su rostro, fue despreciado, y no lo consideramos". Este verso, del Libro de Isaías, habla sobre el rechazo de Jesucristo por los hombres y su identificación con el sufrimiento. Al igual que el Salmo del Salmo 53, Jesús fue despreciado y rechazado por los hombres, pero finalmente fue justificado por Dios.
Salmo 82:5 - "No saben nada, no entienden nada; son vagos por la oscuridad; todos los cimientos de la tierra son sacudidos". Este versículo destaca la ignorancia de los malvados y su falta de comprensión sobre la verdad de Dios. Esta ignorancia es la causa de la corrupción moral y la injusticia descritas en el Salmo 53.
Proverbios 28:5 - "Los hombres malvados no entienden la justicia, sino los que buscan al Señor la entienden completamente". Este versículo también destaca la falta de comprensión de los malvados sobre la justicia de Dios. Los que buscan a Dios, sin embargo, tienen una comprensión más profunda de la justicia divina.
Isaías 35:4 - "Dile la desalmación del corazón, 'fuerte sed, no temas; ¡aquí está tu Dios! Viene a vengarse y recompensar; viene a salvarnos'". Este versículo habla sobre la salvación que Dios trae a sus fieles y su venganza contra sus enemigos. El Salmo del Salmo 53 exige una salvación y justicia similares, confiando en que Dios derrotará a sus enemigos y restaurará la justicia.
“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina
