Salmos, 12
6. "Por los sollozos del humilde y los gemidos del pobre, ahora me levantaré -dice el Señor- y daré mi ayuda al que suspira por ella".
6. "Por los sollozos del humilde y los gemidos del pobre, ahora me levantaré -dice el Señor- y daré mi ayuda al que suspira por ella".
El Salmo 12 se ocupa de la falta de fidelidad y honestidad entre las personas, pidiendo la intervención de Dios y la salvación de los justos. Los versos seleccionados a continuación se relacionan con el tema del Salmo 12 y nos recuerdan el carácter de Dios y la importancia de permanecer fieles en medio de las dificultades:
Proverbios 11:20: "Los malvados del corazón son abominables para el Señor, pero los que no tienen culpa en sus formas son su deleite". Este versículo destaca el hecho de que Dios ama a los que siguen sus caminos y se mantienen fieles a él, en lugar de avanzar hacia el pecado.
1 Pedro 4:18: "¿Qué pasa si el justo se salva con dificultad, eso le sucederá a los malvados y al pecador?" Este versículo habla sobre las dificultades que la cara justa en la vida, pero enfatiza la importancia de perseverar en su fe, para aquellos que se alejan del camino de Dios enfrentarán un destino aún peor.
Salmo 119:140: "Tus mandamientos son verdaderamente justos; eres fiel y heterosexual". Este versículo destaca el carácter justo y fiel de Dios, recordándonos que siempre será la guía perfecta en nuestras vidas.
Isaías 41:10: "No tengas miedo, porque estoy contigo; no te aterrorices, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha derecha". Este versículo nos recuerda que a pesar de las dificultades y desafíos que enfrentamos en la vida, Dios siempre está con nosotros y nos fortalecerá para enfrentarlos.
Romanos 12:21: "No seas vencido por el mal, pero ganes el mal con el bien". Este versículo nos anima a permanecer fieles a Dios y resistir la tentación de ceder ante el mal. Debemos superar el mal con bondad y seguir siendo firmes en nuestra fe, incluso en tiempos difíciles.
“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina
