Nehemías, 3
36. ¡Escucha, Dios nuestro, cómo somos despreciados! Que sus ultrajes recaigan sobre sus cabezas, y entrégalos al desprecio en una tierra de cautiverio.
36. ¡Escucha, Dios nuestro, cómo somos despreciados! Que sus ultrajes recaigan sobre sus cabezas, y entrégalos al desprecio en una tierra de cautiverio.
“O Santo Rosário é a arma daqueles que querem vencer todas as batalhas.” São Padre Pio de Pietrelcina