Jeremías, 6
24. Al enterarnos de la noticia, desfallecieron nuestras manos, se apoderó de nosotros la angustia, un temblor como de parturienta.
24. Al enterarnos de la noticia, desfallecieron nuestras manos, se apoderó de nosotros la angustia, un temblor como de parturienta.
“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina