18. Oigo muy bien a Efraím que se estremece de pesar: "Me has corregido, y yo acepté la corrección como un ternero no domado. Conviérteme y yo me convertiré, porque tú, Señor, eres mi Dios.





“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina