16. Que ese día sea como las ciudades que el Señor destruyó sin arrepentirse; que oiga gritos por la mañana y un alarido al tiempo del mediodía,





“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina