36. Y el que había pretendido pagar el tributo a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, pregonaba que los judíos tenían un Defensor y que eran invulnerables porque seguían las leyes prescritas por él.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina