6. su dueño lo presentará delante de Dios, lo acercará a la puerta de su casa o al poste de la puerta, y le perforará la oreja con una lezna. Así el esclavo quedará a su servicio para siempre.





“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina