Katolinen Raamattu
 

Eclesiastés, 11

9. Alégrate, muchacho, mientras eres joven, y que tu corazón sea feliz en tus años juveniles. Sigue los impulsos de tu corazón y lo que es un incentivo para tus ojos; pero ten presente que por todo eso Dios te llamará a juicio.

Aiheeseen liittyvät säkeet Eclesiastés, 11:

Eclesiastés 11 habla sobre la importancia de la siembra y la perseverancia en la incertidumbre del resultado, ya que el ser humano no tiene control sobre todo lo que sucede en la vida. Los siguientes versos están relacionados con este tema:

Génesis 8:22: "Mientras la tierra, siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche no cesarán". Este versículo habla sobre la constancia de las estaciones y la importancia de sembrar para la cosecha.

Proverbios 11:18: "El mal recibe una recompensa falsa, pero quien siembra la justicia tiene una verdadera recompensa". Este versículo destaca la importancia de sembrar buenas obras y actitudes para recibir la recompensa adecuada.

Lucas 8:15: "Pero la semilla que cayó en la tierra buena son aquellos que escuchan la palabra con un corazón honesto y bueno, la retratan y perseveran a una fruta". Este versículo habla sobre la importancia de la perseverancia en la fe y las prácticas religiosas para lograr la salvación.

Gálatas 6:7: "No te equivoques", Dios no está arrancado. Lo que el hombre siembra, eso cosechará ". Este versículo destaca la importancia de cuidar las acciones que se practican en la vida, porque el resultado vendrá de acuerdo con lo que se sembró.

2 Corintios 9:6: "Quien sembra poco cosechará; y aquellos que sembrarán mucho, cosecharán". Este versículo destaca la importancia de invertir con generosidad, alegría y devoción para obtener una mayor recompensa.





“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina