Löydetty 409 Tulokset: vuestro

  • Que el pecado no reine más en vuestro cuerpo mortal, y que no os obligue a obedecer a vuestras bajas pasiones. (Romanos 6, 12)

  • (os estoy hablando en lenguaje sencillo para que podáis entenderme). Porque lo mismo que antes entregasteis vuestro cuerpo al servicio de la inmoralidad y el desorden, para vivir desordenadamente, así ahora entregadlo al servicio de la justicia, para vivir consagrados a Dios. (Romanos 6, 19)

  • Ahora me dirijo a vosotros, los paganos. Como apóstol vuestro, procuro dar gran realce a mi ministerio, (Romanos 11, 13)

  • En cuanto al evangelio, son tenidos como enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección, siguen siendo muy queridos de Dios en atención a sus antepasados; (Romanos 11, 28)

  • Y no os acomodéis a este mundo; al contrario, transformaos y renovad vuestro interior para que sepáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto. (Romanos 12, 2)

  • Que vuestro amor sea sincero. Odiad el mal y abrazad el bien. (Romanos 12, 9)

  • Considerad si no, hermanos, vuestro grupo de llamados: no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; (I Corintios 1, 26)

  • Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro, todo es vuestro; (I Corintios 3, 22)

  • ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros, y que habéis recibido de Dios? Ya no os pertenecéis a vosotros mismos. (I Corintios 6, 19)

  • Habéis sido comprados a gran precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo. (I Corintios 6, 20)

  • Os digo esto para vuestro bien, no para tenderos un lazo, sino mirando a lo más perfecto y a lo que os unirá enteramente con el Señor. (I Corintios 7, 35)

  • Por esto, queridos hermanos, manteneos firmes, inconmovibles, trabajando más y más en la obra del Señor, sabiendo que el Señor no dejará sin recompensa vuestro trabajo. (I Corintios 15, 58)


“Quanto mais te deixares enraizar na santa humildade, tanto mais íntima será a comunicação da tua alma com Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina