Löydetty 1362 Tulokset: vosotros

  • El año cincuenta será para vosotros año jubilar; no sembraréis, no segaréis las mieses crecidas espontáneamente ni vendimiaréis las viñas no cultivadas, (Levítico 25, 11)

  • pues es año jubilar, que será santo para vosotros; en él comeréis los frutos espontáneos de los campos. (Levítico 25, 12)

  • "Las tierras no se podrán vender a perpetuidad y sin limitación, porque la tierra es mía y vosotros sois en lo mío extranjeros residentes. (Levítico 25, 23)

  • Podréis adquirirlos también entre los extranjeros que viven en medio de vosotros, entre sus familias y entre los hijos que hayan tenido en vuestra tierra; éstos serán vuestra propiedad (Levítico 25, 45)

  • y los podréis dejar en herencia a vuestros hijos, después de vosotros, para que los posean a título de propiedad perpetua como esclavos vuestros. En cuanto a vuestros hermanos, los israelitas, ninguno tratará con dureza a los demás. (Levítico 25, 46)

  • Habrá paz en el país y nadie turbará vuestro sueño. Haré desaparecer de en medio de vosotros a los animales dañinos, y la espada enemiga no pasará vuestras fronteras. (Levítico 26, 6)

  • Perseguiréis a vuestros enemigos, y éstos caerán a espada ante vosotros. (Levítico 26, 7)

  • Cinco de los vuestros perseguirán a ciento, ciento pondrán en fuga a diez mil y vuestros enemigos caerán a espada ante vosotros. (Levítico 26, 8)

  • Yo me volveré hacia vosotros, os haré crecer y multiplicaros y mantendré mi alianza con vosotros. (Levítico 26, 9)

  • Estableceré mi morada en medio de vosotros y nunca os aborreceré. (Levítico 26, 11)

  • Marcharé en medio de vosotros, seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. (Levítico 26, 12)

  • yo me portaré con vosotros de la misma manera; haré venir sobre vosotros el espanto, epidemia y fiebre, enfermedades de los ojos y agotamiento de la vida. Sembraréis en vano, pues los enemigos comerán el fruto de vuestras semillas. (Levítico 26, 16)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina