Löydetty 72 Tulokset: viendo

  • Amasá, bañado en sangre, yacía en medio del camino. Aquel hombre, viendo que todo el mundo se detenía, apartó a Amasá del camino y lo tapó con una capa, porque veía que todos los que llegaban se detenían junto a él. (II Samuel 20, 12)

  • Todo Israel se enteró de la sentencia que el rey había pronunciado y todos temieron al rey, viendo que había en él una sabiduría divina para administrar justicia. (I Reyes 3, 28)

  • Jeroboán era fuerte y vigoroso; y Salomón, viendo cómo cumplía aquel joven su tarea, le puso al frente de todas las prestaciones personales de la casa de José. (I Reyes 11, 28)

  • El rey de Moab, viendo que la lucha era demasiado recia para sus fuerzas, tomó consigo setecientos hombres que empuñaban espada para abrir una brecha contra el rey de Edón, pero no lo consiguió. (II Reyes 3, 26)

  • Joab, viendo que tenía dos frentes, uno delante y otro detrás, seleccionó la flor y nata del ejército de Israel y los puso en orden de batalla frente a los sirios; (I Crónicas 19, 10)

  • Los sirios, viendo que habían sido derrotados por Israel, mandaron a buscar a los sirios del otro lado del Éufrates; se puso al frente de ellos Sofac, general en jefe del ejército de Hadadézer. (I Crónicas 19, 16)

  • No seáis como vuestros padres y vuestros hermanos, que fueron infieles al Señor, Dios de sus padres, que los entregó a la destrucción, como vosotros estáis viendo. (II Crónicas 30, 7)

  • Ezequías, viendo que Senaquerib avanzaba con la intención de atacar Jerusalén, (II Crónicas 32, 2)

  • Que Dios te colme de bienes para tu exaltación eterna, pues viendo abatida nuestra raza, no has perdonado la vida, antes fuiste su socorro en la ruina, portándote con rectitud ante Dios". Y todo el pueblo respondió: "Así sea. Así sea". (Judit 13, 20)

  • Viendo Ajior todo lo que había hecho el Dios de Israel, creyó firmemente en él y se circuncidó, agregándose para siempre al pueblo de Israel. (Judit 14, 10)

  • El justo se alegrará viendo la venganza, lavará sus pies en la sangre de los criminales. (Salmos 58, 11)

  • pues tuve envidia de los prepotentes viendo la prosperidad de los malvados: (Salmos 73, 3)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina