Löydetty 214 Tulokset: verdad

  • Os anunciaré qué es la sabiduría y cuál es su origen y no os ocultaré sus secretos, sino que desde su primer origen la investigaré, pondré en claro su conocimiento y no dejaré pasar en silencio la verdad. (Sabiduría 6, 22)

  • No contradigas la verdad, avergüénzate de tu ignorancia. (Eclesiástico 4, 25)

  • Lucha por la verdad hasta la muerte, y el Señor Dios luchará por ti. (Eclesiástico 4, 28)

  • Del impuro, ¿cómo saldrá cosa pura?; y del mentiroso, ¿qué verdad puede salir? (Eclesiástico 34, 4)

  • de quebrantar la verdad de Dios y la alianza, de apoyar en la mesa el codo sobre el pan; (Eclesiástico 41, 20)

  • Dicen a los videntes: No tengáis visiones, y a los profetas: No profeticéis la verdad para nosotros: decidnos cosas seductoras, profetizad ilusiones; (Isaías 30, 10)

  • Congréguense todas las naciones, reúnanse los pueblos. ¿Quién, entre ellos, puede anunciar esto y lo ha proclamado desde antiguo? Presenten sus testigos para justificarse, déjense oír para que digamos: ¡Es verdad! (Isaías 43, 9)

  • Por mí mismo lo juro; de mi boca sale la verdad, una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, toda lengua jurará por mí, (Isaías 45, 23)

  • Escucha esto, casa de Jacob, los que lleváis el nombre de Israel, los salidos de la simiente de Judá, que juráis por el nombre del Señor y celebráis al Dios de Israel, mas sin verdad ni justicia. (Isaías 48, 1)

  • Se ha desechado el derecho, y la justicia sigue al margen, pues la verdad tropieza en la misma plaza pública, y la honradez no tiene entrada. (Isaías 59, 14)

  • Si juras por la vida del Señor con verdad, rectitud y justicia, las naciones se congratularán con él, y en él se gloriarán. (Jeremías 4, 2)

  • Recorred las calles de Jerusalén, mirad, informaos bien, buscad por sus plazas, a ver si encontráis un hombre, uno solo que practique la justicia, que busque la verdad, y yo perdonaré a esta ciudad. (Jeremías 5, 1)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina