Löydetty 1431 Tulokset: tus
Traspasas con tus dardos la cabeza de sus guerreros, que se lanzan como un turbión y se dispersan entre algazara, como si fuesen a devorar al pobre en su cubil. (Habacuc 3, 14)
Tú lanzas tus caballos en el mar, en el oleaje de las inmensas aguas. (Habacuc 3, 15)
Aquel día no tendrás que avergonzarte de los crímenes con los que te rebelaste contra mí; porque entonces yo quitaré de en medio de ti a tus orgullosos fanfarrones y dejarás de presumir de mi santo monte. (Sofonías 3, 11)
El Señor ha retirado la sentencia que pesaba contra ti, ha alejado a tus enemigos; el Señor, rey de Israel, está en medio de ti; no tienes que temer ya ningún mal. (Sofonías 3, 15)
Aquel día se dirá a Jerusalén: No temas, Sión, no decaigan tus manos. (Sofonías 3, 16)
En aquel tiempo exterminaré a todos tus opresores; salvaré a las cojas, recogeré a las extraviadas, y haré de ellas un objeto de gloria y renombre en todos los países donde fueron despreciadas. (Sofonías 3, 19)
El ángel tomó la palabra y dijo a los que estaban delante: Quitadle de encima esas ropas sucias. Después dijo a Josué: Mira, he quitado de encima de ti tus pecados y te he vestido con vestidos preciosos. (Zacarías 3, 4)
Escucha, pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti, porque vosotros sois hombres de presagio: Yo voy a hacer venir a mi siervo Germen. (Zacarías 3, 8)
El ángel que hablaba conmigo vino y me dijo: "Levanta tus ojos y mira qué es aquello que aparece allí. (Zacarías 5, 5)
En cuanto a ti, por la sangre de la alianza hecha contigo, sacaré a tus presos de la fosa, en la que no hay agua. (Zacarías 9, 11)
Porque yo tenso mi arco, Judá, y pondré como flecha a Efraín. Blandiré a tus hijos, Sión (contra tus hijos, Yaván), y te haré como la espada de un héroe. (Zacarías 9, 13)
Abre tus puertas, Líbano, y que el fuego devore tus cedros. (Zacarías 11, 1)