Löydetty 80 Tulokset: tropas
Las tropas de Esdrías estaban desfallecidas por tan larga batalla, pero Judas oró al Señor pidiendo que se manifestara como aliado suyo y caudillo en la batalla. (II Macabeos 12, 36)
Luego, entonando un canto de guerra en lengua patria, se lanzó de improviso contra las tropas de Gorgias y las puso en fuga. (II Macabeos 12, 37)
Y oraron al Señor pidiendo que aquel pecado les fuera plenamente perdonado. Judas exhortó a sus tropas a conservarse sin culpa, pues habían visto lo que había sucedido por el pecado de aquellos que habían muerto. (II Macabeos 12, 42)
En el año 149 las tropas de Judas se enteraron de que Antíoco, llamado Eupátor, venía a Judea con aguerridas y numerosas fuerzas, (II Macabeos 13, 1)
Lo puso todo en manos de Dios y exhortó a sus tropas a luchar heroicamente hasta la muerte por las leyes, por el templo y la ciudad, por la patria y las instituciones de los mayores. (II Macabeos 13, 14)
El rey volvió a tener contacto con los defensores de Betsur, hizo la paz con ellos y se retiró. Cayó sobre las tropas de Judas, pero fue derrotado. (II Macabeos 13, 22)
y lo hizo partir con órdenes de matar a Judas, de dispersar sus tropas y de restablecer a Alcimo como sumo sacerdote del magnífico templo. (II Macabeos 14, 13)
Simón, hermano de Judas, atacaba a Nicanor; pero sus tropas dudaron un momento, estupefactas por la repentina llegada de enemigos. (II Macabeos 14, 17)
Nicanor permaneció en Jerusalén sin hacer mal alguno, y disolvió las tropas que se le habían agregado. (II Macabeos 14, 23)
Pero las tropas de los caldeos salieron en su persecución y alcanzaron a Sedecías en las estepas de Jericó. Lo prendieron y lo llevaron a Ribla, en el país de Jamot, ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cual le anunció sus decisiones. (Jeremías 39, 5)
En cuanto los jefes de las tropas, que se habían dispersado por el campo con sus hombres, se enteraron de que el rey de Babilonia había puesto al frente del país a Godolías, hijo de Ajicán, y que le había encomendado hombres, mujeres y niños, así como los pobres del país que no habían sido deportados a Babilonia, (Jeremías 40, 7)
Juan, hijo de Carej, y todos los jefes de las tropas que andaban dispersos por el campo se presentaron a Godolías, en Mispá, (Jeremías 40, 13)