Löydetty 113 Tulokset: temor

  • Abrahán respondió: "Yo me dije: Seguramente no hay temor de Dios en esta tierra y me matarán a causa de mi mujer. (Génesis 20, 11)

  • Jacob tuvo gran temor y se llenó de angustia. Dividió en dos campamentos a la gente que estaba con él y también las ovejas, las vacas y los camellos. (Génesis 32, 8)

  • Moisés dijo al pueblo: "No temáis, que el Señor ha venido sólo para probaros y para que su temor esté siempre en vosotros y no pequéis". (Exodo 20, 20)

  • Mi temor irá delante de ti, sembraré pánico en todo pueblo donde tú entres y haré que todos tus enemigos huyan ante ti. (Exodo 23, 27)

  • No tengáis en cuenta en vuestros juicios la apariencia de la persona; oíd a los pequeños lo mismo que a los grandes sin temor a nadie, pues el juicio pertenece a Dios. Y si os encontráis con alguna causa difícil, traedla a mí para que yo la resuelva. (Deuteronomio 1, 17)

  • Nadie podrá resistirse ante vosotros. El Señor, vuestro Dios, sembrará el pánico y el temor delante de vosotros sobre toda la tierra donde pongáis vuestro pie, como él mismo ha dicho. (Deuteronomio 11, 25)

  • Al saberlo, todo Israel será presa del temor y dejarán de practicar tal perversidad. (Deuteronomio 13, 12)

  • Más bien hemos hecho esto por temor, pensando que el día de mañana vuestros hijos podrán decir a los nuestros: ¿Qué hay de común entre vosotros y el Señor, Dios de Israel? (Josué 22, 24)

  • Tomó un par de bueyes, los hizo pedazos y los envió a todo el territorio de Israel por medio de los mensajeros, diciendo: "Así serán tratados los bueyes de todo aquel que no siga a Saúl". Entonces el temor del Señor cayó sobre todo el pueblo y salieron como un solo hombre. (I Samuel 11, 7)

  • El Dios de Jacob ha hablado, la roca de Israel me ha dicho: el que gobierna a los hombres con justicia, el que gobierna con temor de Dios, (II Samuel 23, 3)

  • El temor de Dios se apoderó aquel día de David, que dijo: "¿Cómo voy a llevar a mi casa el arca de Dios?". (I Crónicas 13, 12)

  • y David no se atrevía a ir allá para orar ante el Señor, porque todavía le duraba el temor que le había causado la espada del ángel del Señor. (I Crónicas 21, 30)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina