Löydetty 68 Tulokset: sumos

  • Judas, el traidor, al ver que Jesús había sido condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: (Mateo 27, 3)

  • Los sumos sacerdotes recogieron las monedas de plata y dijeron: "No es lícito echarlas en el tesoro del templo, porque son precio de sangre". (Mateo 27, 6)

  • Pero nada respondió a las acusaciones que le hacían los sumos sacerdotes y los ancianos. (Mateo 27, 12)

  • Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente de que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. (Mateo 27, 20)

  • Del mismo modo los sumos sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos se burlaban de él y decían: (Mateo 27, 41)

  • Al otro día, el siguiente a la preparación de la pascua, los sumos sacerdotes y los fariseos fueron juntos a Pilato y le dijeron: (Mateo 27, 62)

  • Mientras ellas se iban, algunos de los guardias fueron a la ciudad y contaron a los sumos sacerdotes todo lo que había ocurrido. (Mateo 28, 11)

  • Desde entonces comenzó a declararles que el hijo del hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los maestros de la ley, morir y resucitar al tercer día. (Marcos 8, 31)

  • "Mirad, vamos a Jerusalén, y el hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los maestros de la ley; lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos, (Marcos 10, 33)

  • Los sumos sacerdotes y los maestros de la ley, al enterarse, buscaron el modo de acabar con él, pues le tenían miedo porque toda la gente estaba asombrada de su doctrina. (Marcos 11, 18)

  • Llegaron de nuevo a Jerusalén y, cuando andaba Jesús por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos del pueblo (Marcos 11, 27)

  • Faltaban dos días para la fiesta de la pascua y los panes sin levadura. Los sumos sacerdotes y los maestros de la ley andaban buscando el modo de prenderlo con engaño y quitarlo de en medio. (Marcos 14, 1)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina