Löydetty 261 Tulokset: puesto

  • pues ha respondido a mi petición y se ha puesto rápidamente en camino hacia vosotros por su propia iniciativa. (II Corintios 8, 17)

  • puesto que buscáis una prueba de que Cristo habla en mí. Cristo no ha sido débil con vosotros, ha demostrado su poder entre vosotros. (II Corintios 13, 3)

  • Hermanos, si un hombre es sorprendido en alguna falta, vosotros, hombres de espíritu, corregidle con amabilidad. Ten mucho cuidado, pues tú también puedes ser puesto a prueba. (Gálatas 6, 1)

  • éstos movidos por el amor, sabiendo que estoy puesto para defensa del evangelio; (Filipenses 1, 16)

  • su fin será la perdición, su dios es su vientre, su gloria lo que los deshonra y tienen puesto su corazón en las cosas de la tierra. (Filipenses 3, 19)

  • Amos, practicad la justicia y la equidad con los siervos, puesto que sabéis que también vosotros tenéis a vuestro amo en el cielo. (Colosenses 4, 1)

  • Los que tienen amos creyentes, que no les falten al respeto por ser hermanos en la fe; al contrario, sírvanles mejor, puesto que los que reciben sus servicios son creyentes y hermanos muy queridos. Esto es lo que has de enseñar e inculcar. (I Timoteo 6, 2)

  • Ésta es la causa de todos estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, pues sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él puede guardar hasta el último día lo que me ha encomendado. (II Timoteo 1, 12)

  • Puesto que tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha penetrado en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes en la fe que profesamos. (Hebreos 4, 14)

  • Así pues, hermanos, puesto que tenemos la gozosa esperanza de entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, (Hebreos 10, 19)

  • y puesto que tenemos un nuevo sumo sacerdote al frente de la casa de Dios, (Hebreos 10, 21)

  • Por la fe Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; e inmolaba a su hijo único a aquel que había recibido las promesas, (Hebreos 11, 17)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina