Löydetty 23 Tulokset: presentación

  • Llevaréis de vuestra casa, para ofrecerlos con el rito de presentación, dos panes de ocho kilos de flor de harina cocidos con levadura. Son las primicias para el Señor. (Levítico 23, 17)

  • El sacerdote los ofrecerá con el rito de presentación delante del Señor, junto con el pan de las primicias. Los panes y los dos corderos son cosas consagradas al Señor y pertenecen al sacerdote. (Levítico 23, 20)

  • El sacerdote hará el rito de presentación al Señor. El pecho de la ofrenda presentada y la pierna del tributo constituyen la porción sagrada reservada al sacerdote. Después de esto, el nazireo podrá beber vino. (Números 6, 20)

  • Aarón, en nombre de los israelitas, ofrecerá los levitas al Señor haciendo el rito de presentación, para que entren al servicio del Señor. (Números 8, 11)

  • Pondrás a los levitas delante de Aarón y sus hijos, y los ofrecerás al Señor haciendo el rito de presentación. (Números 8, 13)

  • y entren a servir en la tienda de la reunión. Los purificarás y los ofrecerás con el rito de presentación, (Números 8, 15)

  • Los levitas se purificaron, lavaron sus vestidos, y Aarón los ofreció al Señor con el rito de presentación e hizo sobre ellos el rito de absolución para purificarlos. (Números 8, 21)

  • Te pertenecerá también lo que se reserva de las ofrendas de los israelitas que han sido hechas con el rito de presentación; te lo doy a ti y a tus hijos por estatuto perpetuo. Podrán comer todos los de tu casa siempre que estén puros. (Números 18, 11)

  • y su carne será para ti lo mismo que el pecho ofrecido con rito de presentación y la pierna derecha. (Números 18, 18)

  • Una vez terminada la presentación del tributo, salió a despedir a los hombres que le habían acompañado; (Jueces 3, 18)

  • Cuando vaya, enviaré a Jerusalén con cartas de presentación a los que elijáis para llevar lo que hayáis recogido. (I Corintios 16, 3)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina