Löydetty 40 Tulokset: plaza

  • El pueblo salió. Trajeron ramos y se hicieron cabañas cada uno en su propio terrado, en sus patios, en los atrios del templo de Dios, en la plaza de la puerta del Agua y en la plaza de la puerta de Efraín. (Nehemías 8, 16)

  • El segundo coro marchaba por la izquierda; yo los seguía con la otra mitad de los jefes del pueblo, por encima de la muralla, pasando por la torre de los Hornos hasta la muralla de la plaza, (Nehemías 12, 38)

  • Tobías salió en busca de un pobre de entre nuestros connacionales, volvió y me dijo: "Padre". Yo le respondí: "¿Qué, hijo mío?". Replicó: "Padre, uno de nuestro pueblo ha sido estrangulado y tirado en la plaza". (Tobías 2, 3)

  • Me levanté, dejando mi comida, lo saqué de la plaza y lo llevé a una pequeña casa hasta la puesta del sol, en que pudiera enterrarlo. (Tobías 2, 4)

  • Hatac salió y fue a donde estaba siempre Mardoqueo, en la plaza que había delante de la puerta real. (Ester 4, 6)

  • El vestido, el caballo y la corona entréguense a uno de los más nobles y altos príncipes del rey. Éste vestirá al hombre a quien el rey quiere honrar y lo guiará a caballo por la plaza de la ciudad, gritando ante él: Así se trata a quien el rey quiere honrar". El rey dijo a Amán: (Ester 6, 9)

  • Amán tomó los vestidos y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo montó en el caballo en la plaza de la ciudad, gritando ante él: "Así se trata a quien el rey quiere honrar". (Ester 6, 11)

  • Cuando entonces salía a la puerta de la ciudad y mi asiento en la plaza colocaba, (Job 29, 7)

  • ¿Quién me llevará hasta una plaza fuerte?, ¿quién me conducirá hasta Edón? (Salmos 108, 11)

  • dichoso el que llenó de ellos su aljaba, no será avergonzado cuando entre en pleito con sus enemigos en la plaza. (Salmos 127, 5)

  • pues había sabido que los habitantes querían entregar la plaza a los partidarios de Demetrio. Allí dejó una guarnición para defenderla. (I Macabeos 12, 34)

  • Puso pie en Judea y se acercó a Bet Sur, plaza bien guarnecida y estratégica, situada en un desfiladero y a unos veinticinco kilómetros de Jerusalén, y la sitió. (II Macabeos 11, 5)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina