Löydetty 606 Tulokset: plagas de Egipto

  • Así haré justicia con Egipto y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 30, 19)

  • "Hijo de hombre, he roto el brazo del Faraón, rey de Egipto, y no ha sido vendado. No se le han aplicado medicamentos ni vendas para que, recobrado el vigor, pueda de nuevo empuñar la espada. (Ezequiel 30, 21)

  • Por tanto, esto dice el Señor Dios: Aquí estoy contra el Faraón, rey de Egipto. Le despedazaré los dos brazos, el brazo sano y el que está roto, y haré que la espada caiga de su mano. (Ezequiel 30, 22)

  • Sí, robusteceré los brazos del rey de Babilonia, mientras que los brazos del Faraón caerán. Sabrán entonces que yo soy el Señor, cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y él la esgrima sobre la tierra de Egipto. (Ezequiel 30, 25)

  • "Hijo de hombre, di al Faraón, rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te pareces en tu grandeza? (Ezequiel 31, 2)

  • "Hijo de hombre, entona una elegía sobre el Faraón, rey de Egipto. Le dirás: ¡León entre las gentes, ya estás aniquilado! Eras como un cocodrilo en el agua, agitabas los ríos con el soplo de tus narices, enturbiabas las aguas con tus patas, removías sus corrientes. (Ezequiel 32, 2)

  • Abatiré a tu población innumerable por la espada de guerreros, todos ellos los más feroces de los pueblos; aniquilarán el orgullo de Egipto y será exterminada toda su población. (Ezequiel 32, 12)

  • Cuando yo deje desierta la tierra de Egipto y el país sea despojado de cuanto contiene, cuando hiera a todos los que en él habitan, sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 32, 15)

  • Tal es la elegía que cantarán las hijas de las naciones, la cantarán sobre Egipto y sobre todo su pueblo, dice el Señor Dios. (Ezequiel 32, 16)

  • "Hijo de hombre, compón un canto fúnebre sobre el pueblo de Egipto; hazle bajar a él y a las hijas de naciones poderosas a las moradas subterráneas, junto a los que bajan a la fosa. (Ezequiel 32, 18)

  • Caerán en medio de los atravesados por la espada. La espada está entregada: desplómese Egipto con toda su muchedumbre. (Ezequiel 32, 20)

  • Y ahora, Señor, Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano fuerte y te conseguiste una fama que dura hasta el presente, nosotros hemos sido pecadores y criminales. (Daniel 9, 15)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina