Löydetty 168 Tulokset: piedras preciosas

  • Destruyó el altar que había en Betel, y el santuario que había construido Jeroboán, hijo de Nabat, el que había inducido a Israel a pecar; hizo pedazos sus piedras, reduciéndolas a polvo, y quemó el cipo sagrado. (II Reyes 23, 15)

  • arqueros hábiles en lanzar piedras y flechas lo mismo con la derecha que con la izquierda. Entre los hermanos de Saúl, de la tribu de Benjamín: (I Crónicas 12, 2)

  • David ordenó que se reunieran todos los extranjeros que había en Israel, y los empleó como canteros en labrar piedras para la construcción de la casa de Dios. (I Crónicas 22, 2)

  • Por eso, según mis fuerzas, he preparado para el templo de mi Dios oro para los objetos de oro, plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, madera para los de madera, piedras de ónice y de engaste, piedras multicolores, piedras preciosas de toda especie y alabastro en gran cantidad. (I Crónicas 29, 2)

  • Todos los que poseían piedras preciosas se las entregaron a Yejiel, el guersonita, para el tesoro del templo del Señor. (I Crónicas 29, 8)

  • El rey logró que la plata y el oro abundaran en Jerusalén como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros en la Sefela. (II Crónicas 1, 15)

  • Lo recubrió con piedras preciosas como adorno; el oro era oro de Parvaín. (II Crónicas 3, 6)

  • La reina de Sabá tuvo conocimiento de la fama de Salomón, y fue a Jerusalén para ponerlo a prueba con enigmas. Iba revestida de poderío y seguida de una gran caravana de camellos cargados de aromas, oro en abundancia y piedras preciosas. Se presentó a Salomón y le planteó todo lo que pensaba. (II Crónicas 9, 1)

  • Luego ofreció al rey ciento cuatro mil kilos de oro y gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca más se vio tanta cantidad de aromas como la que la reina de Sabá ofreció al rey Salomón. (II Crónicas 9, 9)

  • Los súbditos de Jirán y los súbditos de Salomón, que traían oro de Ofir, habían traído también de allí madera de sándalo y piedras preciosas. (II Crónicas 9, 10)

  • Logró que la plata abundara en Jerusalén como las piedras, y los cedros como los sicómoros en la Sefela. (II Crónicas 9, 27)

  • El rey Asá convocó a todo Judá, sin excepción alguna, y se llevaron las piedras y el maderamen con que Basá fortificaba Ramá para fortificar con ello Guibeá y Mispá. (II Crónicas 16, 6)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina