Löydetty 86 Tulokset: oriente
¿Quién ha suscitado del Oriente a aquel que apela a la justicia a cada paso? ¿Quién le entrega las naciones y le somete los reyes? Su espada los reduce a polvo, su arco los dispersa como paja. (Isaías 41, 2)
No temas, porque yo estoy contigo. Desde oriente haré venir a tu raza, y desde occidente te recogeré. (Isaías 43, 5)
Del oriente llamo al águila; de un lejano país, al hombre que he designado. Como lo digo lo hago, como lo planeo lo ejecuto. (Isaías 46, 11)
En occidente se temerá el nombre del Señor, y en oriente su gloria; porque vendrá como un torrente impetuoso, empujado por el soplo del Señor. (Isaías 59, 19)
Y todo el valle de los cadáveres y de la ceniza, así como todos los campos a lo largo del torrente Cedrón, hasta el ángulo de la puerta de los Caballos por oriente, serán consagrados al Señor; no volverán a ser destruidos ni devastados jamás. (Jeremías 31, 40)
Sobre Quedar y los reinos de Jasor, derrotados por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Esto dice el Señor: "¡En pie, subid contra Quedar, destruid a los hijos de oriente! (Jeremías 49, 28)
Vuelve tus ojos al oriente, Jerusalén, y contempla el gozo que te viene de Dios. (Baruc 4, 36)
Mira, vuelven tus hijos, los que viste partir; vuelven reunidos desde oriente a occidente, por la palabra del santo, alegres de la gloria de Dios. (Baruc 4, 37)
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, vuelve tus ojos hacia oriente y mira a tus hijos reunidos del oriente al occidente por la palabra del santo, alegres del recuerdo de Dios. (Baruc 5, 5)
Y me llevó al atrio interior del templo del Señor. A la entrada del templo del Señor, entre el vestíbulo y el altar, veinticinco hombres, vueltas sus espaldas al santuario del Señor y sus rostros a oriente, se postraban hacia oriente ante el sol. (Ezequiel 8, 16)
Y la gloria del Señor se elevó, salió de la ciudad y fue a detenerse sobre el monte que está al oriente de ella. (Ezequiel 11, 23)
por eso yo te entrego en manos de los hijos de oriente. Levantarán en ti sus campamentos, emplazarán en ti sus tiendas, comerán tus frutos y beberán tu leche. (Ezequiel 25, 4)