Löydetty 51 Tulokset: nueve

  • El año treinta y nueve de Azarías, rey de Judá, Menajén, hijo de Gadí, empezó a reinar sobre Israel. Reinó diez años en Samaría. (II Reyes 15, 17)

  • El año dieciocho de Acaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Elá, comenzó a reinar sobre Israel. Reinó en Samaría nueve años. (II Reyes 17, 1)

  • El año nueve de Oseas, el rey de Asiria se apoderó de Samaría, deportó a Asiria a los israelitas y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media. (II Reyes 17, 6)

  • La altura de una columna era de nueve metros, y encima había un capitel de bronce cuya altura era de dos metros y medio; alrededor del capitel había una guirnalda con granadas, todo ello de bronce. La segunda columna era igual. (II Reyes 25, 17)

  • Elisamá, Elyadá y Elifélet: nueve. (I Crónicas 3, 8)

  • El año treinta y nueve de su reinado enfermó gravemente de los pies, y tampoco en su enfermedad confió en el Señor, sino en los médicos. (II Crónicas 16, 12)

  • Porteros: de Salún, de Ater, de Talmón, de Acub, de Jatitá, de Sobay: ciento treinta y nueve. (Esdras 2, 42)

  • Los jefes del pueblo se establecieron en Jerusalén. El resto del pueblo echó a suertes para que uno de cada diez viniese a habitar en Jerusalén, la ciudad santa, quedando los otros nueve en las ciudades. (Nehemías 11, 1)

  • Pero Judas Macabeo, con otros nueve, se retiró al desierto. Allí compartió la vida de las fieras con los que estaban con él, alimentándose de hierbas para no mancharse con la contaminación general. (II Macabeos 5, 27)

  • Se inclinó hacia él, y burlándose del cruel tirano, dijo en lengua patria: "Hijo mío, ten compasión de mí, que durante nueve meses te llevé en mi seno, y te he amamantado durante tres años y te he alimentado y te he criado y educado hasta la edad que ahora tienes. (II Macabeos 7, 27)

  • Y con la ayuda del todopoderoso degollaron a más de nueve mil enemigos, hirieron y dejaron fuera de combate a la mayor parte del ejército de Nicanor, y a todos los pusieron en fuga. (II Macabeos 8, 24)

  • No menos de nueve mil hombres se refugiaron en dos torres fortísimas, con todo lo necesario para resistir un asedio prolongado. (II Macabeos 10, 18)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina