Löydetty 673 Tulokset: mujer adúltera
Una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, fiel a Dios, nos estaba escuchando. El Señor abrió su corazón para que aceptase las cosas que Pablo decía. (Hechos 16, 14)
Algunos, sin embargo, se unieron a él y creyeron; entre ellos se encontraba Dionisio Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros. (Hechos 17, 34)
Allí encontró a un judío llamado Áquila, oriundo del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer, Priscila, por haber decretado Claudio que salieran de Roma todos los judíos. (Hechos 18, 2)
Unos días después vino Félix con Drusila, su mujer, que era judía, llamó a Pablo y le escuchó acerca de la fe en Cristo Jesús. (Hechos 24, 24)
Por otra, también los hombres, dejando las relaciones naturales con la mujer, se entregaron a la homosexualidad, hombres con hombres, cometiendo acciones vergonzosas y recibiendo en su propio cuerpo el castigo merecido por su extravío. (Romanos 1, 27)
La mujer casada está atada por la ley al marido mientras éste vive; pero si muere el marido, queda desligada de la ley del matrimonio. (Romanos 7, 2)
Por consiguiente, mientras vive el marido, será adúltera si se une con otro hombre; pero si el marido muere, queda libre de la ley del matrimonio y no es adúltera si se une con otro. (Romanos 7, 3)
Es cosa pública entre vosotros la deshonestidad, y tal deshonestidad que no se encuentra ni entre los paganos, hasta el punto de convivir uno con la mujer de su padre. (I Corintios 5, 1)
pero para evitar la lujuria, que cada uno tenga su mujer, y cada mujer su marido. (I Corintios 7, 2)
Tanto el marido como la mujer deben cumplir la obligación conyugal. (I Corintios 7, 3)
La mujer no es dueña de su cuerpo, sino el marido; igualmente el marido no es dueño de su cuerpo, sino la mujer. (I Corintios 7, 4)
A los casados les mando (es decir, no yo, sino el Señor) que la mujer no se separe del marido; (I Corintios 7, 10)