Löydetty 272 Tulokset: monte Seir

  • Los amorreos, que vivían en la montaña, salieron a vuestro encuentro; os persiguieron como hacen las avispas, y os derrotaron en Seír hasta Jormá. (Deuteronomio 1, 44)

  • "De allí partimos por el desierto camino del mar Rojo, como el Señor me lo había ordenado. Durante largo tiempo estuvimos dando vueltas en torno a la montaña de Seír. (Deuteronomio 2, 1)

  • Da esta orden al pueblo: Vais a pasar a través del territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seír. Os tendrán miedo; pero tened cuidado; (Deuteronomio 2, 4)

  • no los provoquéis, pues yo no os daré nada de su tierra, ni siquiera lo que ocupa la planta de un pie. La montaña de Seír la he dado yo en posesión a Esaú. (Deuteronomio 2, 5)

  • Pasamos, pues, al lado de nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que viven en Seír, camino de la Arabá, de Elat y de Asiongaber. Luego, dando la vuelta, tomamos el camino del desierto de Moab. (Deuteronomio 2, 8)

  • También en Seír vivían antiguamente los hurritas, que se vieron desposeídos y exterminados por los hijos de Esaú, los cuales se establecieron en su lugar, de la misma manera que hizo Israel con la tierra que el Señor le dio en posesión). (Deuteronomio 2, 12)

  • lo mismo hizo con los hijos de Esaú, que vivían en Seír: El Señor exterminó a los hurritas, y ellos los echaron y se establecieron en su lugar hasta el día de hoy. (Deuteronomio 2, 22)

  • como ya me lo han permitido los hijos de Esaú que viven en Seír, y los moabitas que viven en Ar, hasta que a través del Jordán llegue a la tierra que el Señor, nuestro Dios, nos da. (Deuteronomio 2, 29)

  • De esta manera conquistamos a los dos reyes amorreos toda la Transjordania, desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón. ( (Deuteronomio 3, 8)

  • Vosotros os acercasteis y estuvisteis en la falda del monte mientras éste ardía en llamas que llegaban hasta el corazón del cielo: tiniebla, nube y oscuridad. (Deuteronomio 4, 11)

  • desde Aroer, al borde del río Arnón, hasta el monte Sirión, que es el Hermón-, (Deuteronomio 4, 48)

  • Yo bajé del monte, coloqué las tablas en el arca que había hecho, y allí quedaron depositadas, como el Señor me había ordenado. (Deuteronomio 10, 5)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina