Löydetty 272 Tulokset: monte Seir

  • en el monte sublime de Israel lo plantaré; echará ramas y dará frutos y se hará un magnífico cedro. Bajo él habitarán toda clase de pájaros, toda clase de aves morará a la sombra de sus ramas. (Ezequiel 17, 23)

  • porque en mi santo monte, en el excelso monte de Israel, dice el Señor, me servirá todo el pueblo de Israel, cuantos vivan en el país; allí aceptaré gustosamente y solicitaré vuestras ofrendas, las primicias de vuestros dones, todo lo que queráis ofrecerme. (Ezequiel 20, 40)

  • Esto dice el Señor Dios: "Porque Moab y Seír han dicho: ¡Mirad, la casa de Judá es como todos los otros pueblos!, (Ezequiel 25, 8)

  • Como un querubín protector yo te había puesto en el monte santo de Dios y caminabas entre brasas ardientes. (Ezequiel 28, 14)

  • Con el progreso de tu tráfico te llenaste de violencia y pecados, y yo te he arrojado del monte de Dios y te he exterminado, oh querubín protector, de entre las brasas ardientes. (Ezequiel 28, 16)

  • "Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia la montaña de Seír y profetiza contra ella. (Ezequiel 35, 2)

  • Dirás: Esto dice el Señor: Aquí estoy contra ti, montaña de Seír; extenderé mi mano contra ti y te reduciré a un desierto desolado; (Ezequiel 35, 3)

  • Haré de los montes de Seír una desolación, un desierto, y extirparé de allí a todo el que circula. (Ezequiel 35, 7)

  • Como tú te alegraste cuando la heredad de la casa de Israel era devastada, así haré yo contigo; en desolación te convertirás, monte de Seír, así como Edón entero, y se sabrá que yo soy el Señor. (Ezequiel 35, 15)

  • en visiones divinas, a la tierra de Israel. Me posó sobre un monte altísimo, en cuya cima parecía que estaba edificada una ciudad mirando al mediodía. (Ezequiel 40, 2)

  • Ésta es la ley para el templo: en la cumbre del monte, todo el espacio que lo circunda será santo. Tal es la ley para el templo". (Ezequiel 43, 12)

  • Tú seguías mirando; de pronto una piedra se desprendió de un monte sin intervención humana alguna, alcanzó a la estatua en los pies de hierro y arcilla y los pulverizó. (Daniel 2, 34)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina