Löydetty 263 Tulokset: monte Carmelo

  • Pero a vosotros, que abandonasteis al Señor, que os olvidasteis de mi santo monte, que preparasteis una mesa para Gad y llenasteis una copa para Mení, (Isaías 65, 11)

  • El lobo y el cordero pastarán juntos, el león comerá paja como el buey y la serpiente se alimentará de polvo. No se hará ya más mal ni daño en todo mi santo monte -dice el Señor-. (Isaías 65, 25)

  • Y traerán de todos los pueblos, como ofrenda al Señor, a todos vuestros hermanos -a caballo, en carros, en literas, a lomos de mulos o de dromedarios- a mi santo monte, Jerusalén -dice el Señor-, de igual modo que los israelitas traen la ofrenda en vasos puros al templo del Señor. (Isaías 66, 20)

  • El Señor me dijo en tiempo del rey Josías: ¿Has visto lo que hace la rebelde Israel? Ha subido a todo monte alto, y bajo todo árbol verde se ha prostituido. (Jeremías 3, 6)

  • Sí, yo mandaré muchos pescadores, dice el Señor, que los pescarán; mandaré muchos cazadores, que los cazarán en todo monte, en toda colina y en las grietas de las rocas. (Jeremías 16, 16)

  • "Miqueas de Morasti, que profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, dijo también a todo el pueblo de Judá: Esto dice el Señor todopoderoso: Sión será arada como un campo, Jerusalén se convertirá en un montón de piedras, y el monte del templo en una selva. (Jeremías 26, 18)

  • Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Todavía ha de emplearse esta expresión en la tierra de Judá y en sus ciudades cuando mejore yo su suerte: "¡Que el Señor te bendiga, sede de justicia, monte santo!". (Jeremías 31, 23)

  • Por mi vida -dice el rey-, cuyo nombre es el Señor todopoderoso, que como el Tabor entre los montes, como el Carmelo que domina el mar, alguien ha de venir. (Jeremías 46, 18)

  • Rebaño perdido era mi pueblo; sus pastores lo extraviaban, le hacían vagar por las montañas; de monte en colina caminaba, olvidando su aprisco. (Jeremías 50, 6)

  • Y haré volver a Israel a su pradera, y pacerá en el Carmelo y el Basán, y en los montes de Efraín y Galaad volverá a hartarse. (Jeremías 50, 19)

  • Aquí estoy contra ti, montaña destructora -dice el Señor-, que arrasas toda la tierra. Voy a extender mi mano contra ti, te haré rodar de lo alto de las rocas y te convertiré en monte calcinado. (Jeremías 51, 25)

  • por el monte Sión, que está desolado, y en el que merodean los chacales. (Lamentaciones 5, 18)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina