Löydetty 203 Tulokset: mesa de los panes

  • A ti también te arrancará de las fauces de la angustia, en lugar amplio te pondrá sin estrecheces, y de tu mesa desbordará la grasa. (Job 36, 16)

  • Me preparas una mesa ante mis enemigos, perfumas con ungüento mi cabeza y me llenas la copa a rebosar. (Salmos 23, 5)

  • Que su mesa se convierta en un lazo para ellos y en una trampa para sus amigos; (Salmos 69, 23)

  • hablaron contra él y se dijeron: ¿No será Dios capaz de aderezar una mesa en el desierto? (Salmos 78, 19)

  • Tu esposa será como parra fecunda en la intimidad de tu casa; tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa. (Salmos 128, 3)

  • de la mesa de los panes de la proposición, copas, tazas, incensarios de oro, el velo, coronas y la decoración de oro de la fachada del templo. (I Macabeos 1, 22)

  • hicieron nuevos vasos sagrados, llevaron al templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa. (I Macabeos 4, 49)

  • Colocaron los panes sobre la mesa, colgaron las cortinas, y así dieron fin a los trabajos. (I Macabeos 4, 51)

  • Le envió una vajilla de oro y un servicio de mesa, autorizándolo a beber en copas de oro, a llevar la púrpura y el broche de oro. (I Macabeos 11, 58)

  • Incendiaron la puerta y derramaron sangre inocente. Acudimos al Señor, y fuimos escuchados; ofrecimos sacrificios y flor de harina, encendimos las lámparas y presentamos los panes. (II Macabeos 1, 8)

  • Purificaron el templo, hicieron otro altar, sacaron fuego del pedernal, encendieron de nuevo la luz y el fuego y ofrecieron sacrificios; quemaron incienso y ofrecieron los panes de la proposición, renovándolo todo, después de una interrupción de dos años. (II Macabeos 10, 3)

  • inmoló sus víctimas, preparó su vino e igualmente aderezó su mesa. (Proverbios 9, 2)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina