Löydetty 858 Tulokset: mes

  • a ser prudentes, honestas, cuidadosas de los quehaceres domésticos, buenas, sumisas a sus maridos, de modo que no den ocasión a que se blasfeme contra la palabra de Dios. (Tito 2, 5)

  • Mientras sigue en vigor la promesa de entrar en su descanso, hay que tener mucho cuidado, no sea que alguno de vosotros no lo consiga. (Hebreos 4, 1)

  • Puesto que tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha penetrado en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes en la fe que profesamos. (Hebreos 4, 14)

  • que no os descuidéis y que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la perseverancia entran en posesión de las promesas. (Hebreos 6, 12)

  • Dios, al hacer la promesa a Abrahán, no teniendo otra persona mayor por quien jurar, juró por sí mismo, (Hebreos 6, 13)

  • Y así, por la perseverancia, Abrahán alcanzó la realización de la promesa. (Hebreos 6, 15)

  • Por eso Dios, queriendo dar a los herederos de la promesa una prueba nueva de que su decisión era irrevocable, se comprometió con juramento, (Hebreos 6, 17)

  • sin embargo, uno que no desciende de él por generación recibió la décima parte del botín conquistado por Abrahán y bendijo al portador de la promesa. (Hebreos 7, 6)

  • Pero ahora Cristo ha obtenido un ministerio tanto más excelente cuanto mejor es la alianza de la cual es mediador y más ventajosas las promesas sobre las que está fundada. (Hebreos 8, 6)

  • En efecto, se construyó un tabernáculo, en cuya parte anterior se encontraban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición; es lo que se llama el lugar santo. (Hebreos 9, 2)

  • con el altar de oro para los perfumes y el arca de la alianza totalmente recubierta de oro, que contenía un vaso de oro lleno de maná, la vara de Aarón que había florecido y las tablas de la alianza; (Hebreos 9, 4)

  • Por la fe vino a habitar en la tierra prometida como en un país extranjero, viviendo en tiendas de campaña, con Isaac y Jacob, herederos con él de la misma promesa. (Hebreos 11, 9)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina